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Capítulo 09.

—Buenos días, busco a Park Jimin, me dijeron que estaba registrado en este hospital.

La recepcionista buscó en su computadora, suspirando con algo de cansancio.

—Si, en efecto, él estuvo aquí por 5 días, pero ya fue dado de alta ayer.

—¿Cómo? ¿Con quién se fue?

—No sabría decirle el nombre de la persona, lo siento.

—¿Sabe la descripción de su apariencia? —la miró con desesperación—. Quizá un familiar se lo llevó.

—Era un hombre alto, simpático, de cabello negro y con terno.

—Namjoon —apretó sus puños—. Gracias.

La recepcionista lo miró con una cara de confusión, pero no le tomó importancia al hombre que ya se había retirado.

Seonghwa estaba furioso, no podía creer que, a pesar de todo, su marido se hubiera ido con el imbécil que quería quitárselo, pero las cosas no iban a quedarse ahí, él iba a encontrarlo y lo iba a tener a su lado a como dé lugar.

✧✦✧

Jungkook ayudó a Jimin a caminar mientras lo llevaba a su departamento, había estado pendiente de él, cuidándolo y visitándolo todos los días, preguntándole a la doctora por su salud y por su recuperación.

Seokjin no había querido verlo por vergüenza y por culpa, por el contrario, estaba encerrado en su casa, con Namjoon y Taehyung cuidándolo, su estado de animo estaba demasiado bajo, no podía dejar de llorar, culpándose diariamente.

Luego de escuchar el diagnóstico de la doctora, no quiso ni imaginar el infierno que había vivido esos meses y todo era su maldita culpa, si no hubiera sido tan celoso, si no hubiera hecho caso a chismes, si no se hubiera alejado de Namjoon, nada de eso hubiera pasado.

—Jungkook, disculpa que te pregunte eso, pero... ¿Por qué me traes aquí?

—Yo... no sabía a donde llevarte —abrió la puerta de su departamento—. Si tú me das el dato de algún amigo o familiar, yo te puedo llevar ahí.

Jimin se quedó en silencio, negando suavemente.

—¿Vas a dormir aquí, conmigo?

—No, nuestras habitaciones son diferentes, pero están juntas —le sonrió—. Pero todo el personal de la casa estará pendiente de ti, ya solicité una enfermera y claro que yo estaré a tu órdenes.

—G-Gracias Jungkook, no quiero ser una carga.

—Para nada Minnie, encantado de tenerte aquí y ayudarte —se acercó a él para tomar sus manos, pero rápidamente el menor las quitó con miedo.

Jungkook al ver su reacción, quitó rápidamente sus manos y se disculpó con la mirada, sintiéndose tonto e idiota, era obvio que Jimin no iba a querer tener contacto con nadie, no después de lo que pasó.

Le sonrió de forma tranquilizadora y caminó dejándolo en la habitación de huéspedes, poniendo su mochilita en el sofá de la habitación.

—Siéntete como en casa, descansa un poco, ¿bien? Yo estaré en la habitación de enfrente, cualquier cosa, llámame o grita.

Jimin asintió y cuando vio que el pelinegro se retiró, comenzó a sollozar en silencio para no alarmar a su dulce salvador, tenía tanto por agradecerle; sin embargo, se sentía frustrado al no recordar nada de lo que pasó.

Pero de algo estaba seguro y es que Seonghwa tenía que ver en lo que sea que le he haya pasado.

Se acostó en la enorme cama de la habitación y comenzó a cerrar sus ojos, dejándose vencer por el sueño, hasta quedar profundamente dormido.

✧✦✧

Jimin, tenemos que hablar, ven —lo miró con dureza y el menor se levantó confundido—. Porque ya me dijeron que tú y Namjoon se fueron de viaje, así que vamos a hablar sobre como por tu culpa, Nam y yo ya no nos vamos a casar, hablaremos sobre como por tu culpa, mi bebé crecerá sin su padre.

Jimin se movió por la cama, incómodo.

Te abrí las puertas de esta empresa, te abrí las puertas de mi casa, te abrí las puertas de mi corazón, te entregué mi amistad y nada de eso fue suficiente. ¡Para que no te metieras entre Namjoon y yo!

Su respiración comenzó a hacerse mucho más rápida.

La confianza es algo muy difícil de ganar, pero muy fácil de perder —tiró las cosas del escritorio—. ¡Yo confié en ti, Jimin! ¡Pensé que eras mi amigo!

Su frente empezó a sudar, mientras seguía removiéndose por la cama.

Estás despedido, te quiero fuera de esta empresa, ¡ahora! —lo tomó del brazo pese a sus súplicas—. ¡Largo!

—Yo te traccioné —susurró con la voz entrecortada aún durmiendo.

Sin poder evitarlo, comenzó a sollozar, temblando y sudando

Jimin... Debo ir a ver a Jin, perdón.

—Créeme Jungkook —se levantó asustado, respirando y vio todo a su alrededor.

Las cortinas cerradas, la enorme habitación alfombrada, mesitas de noche, un armario enorme, el sofá frente a la cama, el televisor en la pared.

Estaba a salvo, no estaba en peligro, Seonghwa no le haría ningún daño.

Miró el reloj en la mesita de noche y la hora marcaba las 7:46 de la mañana, ya era temprano, en su pesadilla recordó que, al salir de la empresa, recibió un golpe, no recordaba, ni quien, ni en qué momento perdió la conciencia.

Se levantó de la cama asustado y caminó a la habitación de enfrente, tocó con suavidad y un Jungkook en bata recién bañado le abrió la puerta.

—Lo siento... y-yo... regreso más tarde.

—No Jimin, tranquilo, entra, me cambio y hablamos.

—Gracias —dijo entrando a la habitación del mayor—. Jungkook... no puedo dormir, he estado recordando cosas, cosas que no me acuerdo, ósea sí, pero-

—Hey —lo tomó de los hombros—. No te fuerces a recordar, mira, me cambio y vamos a desayunar para que me cuentes lo que sientes.

La puerta fue abierta abruptamente, dejando ver a una hermosa chica de cabello negro, con una falda ploma y camisa blanca, con tacones altos y perfectamente maquillada.

—Perdón por no avisarte que iba a venir, Kook —suspiró con molestia.

—No, yo ya me iba, no se preocupen.

—Quería que desayunemos juntos. ¿Te puedes ir Jimin?

—S-

—No —detuvo su brazo con delicadeza—. Giselle, espérame en la sala, para que hablemos.

—Jungkook no quiero incomodar —vio a la pelinegra—. Tampoco quiero incomodarte, es que... tengo la cabeza hecha un lío.

—Yo estaría igual que tú si me hubiera metido con el prometido de mi jefe.

El ambiente se tornó incómodo y Jimin se avergonzó por las palabras de la pelinegra frente al hombre que lo había salvado y que le gustaba, con timidez se retiró de la habitación para dirigirse a la suya.

Giselle sonrió con burla y caminó hacia donde el pelinegro le había indicado.

Molesto, era la palabra que le quedaba demasiado corta a Jungkook, se cambió con rapidez y bajó a ver a la pelinegra, quien estaba sentada en su sofá con la piernas cruzadas.

—¿Por qué viniste, Giselle?

—Quería pasar tiempo contigo y-

—No me gusta como le hablaste a Jimin y tampoco me gusta como lo has tratado desde que lo conociste.

—Bueno, sabes que todos en la empresa le tenemos cariño a Jin, lo que él le hizo es imperdonable.

—Escúchame Giselle, te quiero fuera de mi casa, te quiero fuera de mi vida, no me busques más, lo que tuvimos fue un desliz, algo sin importancia —la vio a los ojos—. Pero desde que Jimin llegó a mi vida, no he tenido ojos para nadie más y tú no eres la excepción.

—No me digas eso, Jungkook —ella se levantó—. Okay, no lo trataré mal, pero no me saques de tu vida, lo que nosotros tuv-

—Fue un desliz, ya sabes donde es la salida, retírate.

Sin decir una sola palabra más, se levantó y fue directamente a la habitación de Jimin, para disculparse, llevarlo a desayunar y pasar tiempo juntos.

Quería llevarlo a un psicólogo y por supuesto a la estación de policía, para poner una denuncia contra Park Seonghwa, para que se abriera una investigación y lo metieran preso por todo lo que había hecho.

Grande fue su sorpresa al entrar y no encontrarlo, pero lo que si encontró fue una nota encima de la mesita de noche.

Jungkook, muchas gracias por salvarme y por querer ayudarme, pero no quiero interferir en tu relación con Giselle, no quiero que pienses mal de mí otra vez, sé que Seonghwa debe estar buscándome y lo que menos quiero es meterte en problema, gracias.

—Jimin.

Su pequeño ángel se había ido, lo había perdido otra vez.

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